EL SALVADOR DE CHINA II
Yelu Ch´u-Ts´ai le convenció de que podría sacar grandes riquezas del lugar si, en vez de destruirlo, simplemente cobraba un impuesto a todos sus habitantes.
Khan vio la sabiduría que había detrás de esto e hizo lo que le había aconsejado Ch´u-Ts´ai.
Cuando Khan tomó la ciudad de Kaifeng, después de un largo asedio, y decidió masacrar a sus habitantes (como había hecho en otras ciudades que habían opuesto resistencia), Ch´u-Ts´ai le dijo que los mejores artesanos e ingenieros de China habían huido a Kaifeng y que sería mejor ponerles a trabajar.
Kaifeng se salvó. Nunca antes había mostrado tanta piedad Gengis Khan, pero en realidad no era la piedad lo que salvó a Kaifeng. Ch´u-Ts´ai conocía a Khan muy bien. Era un campesino bruto al que no le importaba la cultura, ni nada que no fuera la guerra y los resultados prácticos.
Ch´u- Ts´ai optó por apelar a la única emoción que podía mover a un hombre como éste: la avaricia.
El interés personal es lo que mueve a la gente. Si les hacemos ver que nosotros podemos atender sus necesidades o apoyar su causa, su resistencia inicial a nuestra petición o propuesta desaparecerá mágicamente. …¿Es vanidoso? …¿está preocupado por su reputación o su status social?...¿Tiene enemigos que podríamos ayudarle a eliminar?... ¿le motiva sencillamente el dinero y el poder?
Para adquirir poder de negociación, tenemos que ver sus necesidades y sus intereses; a partir de aquí intercambiar lo que nosotros queremos conseguir o deseamos evitar a cambio de conseguirles lo que ellos quieren conseguir o desean evitar.
(http://www.planetadelibros.com/las-48-leyes-del-poder-libro-61346.html
Ref.Bibliog.: Ley 13: 48 leyes del poder Robert Greene.Edición Joost Elffers. Editorial Espasa Calpe).
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